Aproximadamente 17,6 millones de personas (el 49% de la población actual) necesitan asistencia y protección humanitaria. Las necesidades más graves se dan en las zonas que no están bajo el control del Gobierno de Ucrania y en las zonas directamente afectadas por hostilidades activas.
Haití es uno de los países más pobres del mundo. Es un estado muy frágil. Actualmente vive una situación de extrema violencia ejercida por bandas de grupos armados. Igualmente el país ha sido golpeado por numerosos desastres naturales devastadores como huracanes/tormentas tropicales, deforestación y terremotos (destacan los terremotos del 2021 y 2010). Haití sufre además de una fuerte inestabilidad política, gran vulnerabilidad socioeconómica y el impacto del cambio climático tiene enormes consecuencias para la seguridad alimentaria y nutrición de su población.
La guerra en Sudán ha desplazado a seis millones de personas, de las que más de 360.000 buscan refugio en el país vecino. La falta de ayuda en el Estado más joven del mundo amenaza con provocar un desastre humanitario lejos de los focos mediáticos
Casi 50 millones de personas viven en niveles de hambre aguda y 8 millones de niños y niñas corren el riesgo de morir en algunos de los 15 países más afectados por inseguridad alimentaria.
Tras más de 10 años de crisis, la mayoría de los sirios siguen enfrentándose a un continuo deterioro humanitario. El país todavía tiene el mayor número de desplazados internos del mundo: 6,8 millones de personas. A finales de 2022, casi 7 de cada 10 personas en Siria necesitaban ayuda, el mayor número de personas necesitadas desde que comenzó la crisis.
©Intermón Oxfam
El Gobierno de Burundi declaró en Marzo de 2017 una epidemia de malaria en el país, afirmando que más de 700 personas habían muerto en lo que llevaba de año a causa de la enfermedad. La malaria es causada por el parásito Plasmodium, que se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados.
Fuente: El País
©Acción contra el hambre
Uno de los países más pobres del mundo.
En primer plano, la batalla entre milicias formadas por cristianos (son mayoría en el país) y musulmanes (un 15% de la población profesa el islam). De fondo, un conflicto entre grupos armados de diferentes etnias, con gran presencia de hombres, dinero y armas del extranjero y el componente letal en muchos de los países vecinos de la región: la disputa de la tierra y sus minerales, entre ellos, el oro y el diamante.
Fuente: El País
© Oxfam Intermón
En octubre de 2016 comenzaron las revueltas en Kasai, región del centro de la República Democrática del Congo (RDC).
Y, según datos de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), ya se cuenta cerca de un millón de desplazados internos, 30.000 refugiados y 38.000 afectados por el cólera. También hay al menos 80 fosas comunes y un 10% de desnutrición severa en menores.
La explosión de violencia entre guerrillas ha desestabilizado una parte más de este país africano y se ha unido al conflicto perenne que arrastra a escala nacional desde hace 20 años. Por eso, la OCHA ha subido al máximo el nivel de emergencia.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/11/08/planeta_futuro/1510157796_393599.htm
Desde que Boko Haram tomó las armas en 2009 con el fin de constituir un Estado Islámico en el norte de Nigeria, alrededor de 20.000 personas han muerto y más de 2,6 millones tuvieron que abandonar sus hogares. El conflicto, en el que los ataques suicidas con bombas son muy frecuentes, dificulta el acceso de la ayuda humanitaria a la población en riesgo de una de las zonas más pobres del mundo. La crisis, que ha desbordado a los países vecinos, ha dejado sin acceso a las escuelas a unos 3 millones de niños y ha destruido 1.200 centros educativos, mientras que al menos 611 profesores han sido asesinados y otros 19.000 tuvieron que huir.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/02/24/planeta_futuro/1487954229_185395.html
