Afganistán sufre una de las peores crisis humanitarias del mundo

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Afganistán se enfrenta a una crisis económica y humanitaria cada vez más profunda debido a décadas de conflicto, pobreza crónica y desastres naturales recurrentes, como graves inundaciones, sequías prolongadas y potentes terremotos. 

Actualmente, el país sufre una de las peores crisis humanitarias del mundo. Tres años después de la toma del poder por los talibanes y del casi colapso de la economía, la pobreza sigue estando muy extendida y afecta al 48% de la población. Los graves terremotos de octubre de 2023 que causaron más de 2.000 muertos y dejaron más de 4.000 heridos en la provincia de Herat, en el oeste de Afganistán, no hicieron más que agravar la situación.

Afganistán es el quinto país más afectado del mundo por el cambio climático

El Índice de Riesgo Climático Global de 2021 clasificó a Afganistán como el quinto país más afectado a nivel mundial por las amenazas relacionadas con el clima, y uno de los menos preparados contra los choques climáticos. Tras años de sequías, vemos ahora inundaciones terribles.

La disminución de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas han hecho que la tierra sea más seca, contribuyendo a la desertificación y mermando la productividad del suelo. Más del 50% de la población afgana está afectada por graves condiciones de sequía, y cinco de las 34 provincias sufren sequías catastróficas. 

Las inundaciones anuales son otra realidad demasiado frecuente en Afganistán que destruyen los cultivos. Sin medios de subsistencia las familias se ven obligadas a desplazarse. Como consecuencia, aldeas enteras han sido abandonadas. En 2024, las inundaciones causaron grandes desastres, matando a 525 personas, miles de cabezas de ganado y dañando más de 13.000 hogares. Se perdieron miles de hectáreas de tierras de cultivo.

Las inundaciones también destruyen las principales redes de suministro de agua, dejando a las comunidades con agua contaminada, expuestas a enfermedades como el cólera o la diarrea aguda, entre otras.

Grave inseguridad alimentaria 

Inundaciones, sequías y otros peligros naturales junto con un entorno operativo complejo y una grave falta de financiación, abren las puertas a la desnutrición aguda y la hambruna. 

Casi la mitad de la población, unos 22,9 millones de personas, necesita ayuda humanitaria para sobrevivir. El hambre amenaza a una de cada tres personas.  14,8 millones de afganos se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) quien informa que las tasas de desnutrición aguda están superando los umbrales de emergencia en 25 de las 34 provincias afganas. Casi la mitad de los niños y niñas  menores de 5 años y una cuarta parte de las mujeres embarazadas y lactantes necesitarán apoyo nutricional urgente en los próximos 12 meses, según el PMA.

El aumento de los precios de los alimentos y el acceso limitado a la ayuda humanitaria han agravado la situación, dejando a millones de personas, especialmente a la infancia y a las comunidades vulnerables, expuestas al hambre y la desnutrición severas.

Las mujeres y las niñas las más perjudicadas

Las mujeres y las niñas se ven particularmente afectadas, ya que se enfrentan a restricciones en la educación y el empleo, lo que ha llevado a un aumento del matrimonio infantil, la maternidad adolescente y problemas de salud mental.

Desde que los talibanes retomaron el poder en agosto de 2021, han recortado los derechos de las mujeres y niñas, que tienen prohibido estudiar y realizar la mayoría de trabajos. En ningún otro lugar del mundo la situación es tan grave

Ninguna niña de más de 12 años puede ir a la escuela o la universidad en Afganistán en este momento. La ONU subraya que Afganistán es “el único país en el mundo” donde esto ocurre. Primero, los talibanes cerraron a las mujeres las puertas de los institutos de secundaria y en diciembre de 2022 les prohibieron el acceso a la universidad.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el 80% de las niñas y las jóvenes afganas de edad escolar, unos 2,5 millones de personas, se ven privadas de educación en este momento. Casi el 30% de las niñas afganas nunca han ingresado en la enseñanza primaria.

La falta de oportunidades y derechos para las mujeres contribuye significativamente a la crisis humanitaria general que sufre Afganistán. Más que nunca, hoy es fundamental el papel de las ONG que continúan trabajando en el país, a pesar de las dificultades, prestando asistencia vital crítica a mujeres, niñas y niños y hombres afganos.

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