
Desde que Boko Haram tomó las armas en 2009 con el fin de constituir un Estado Islámico en el norte de Nigeria, alrededor de 20.000 personas han muerto y más de 2,6 millones tuvieron que abandonar sus hogares.
El conflicto, en el que los ataques suicidas con bombas son muy frecuentes, dificulta el acceso de la ayuda humanitaria a la población en riesgo de una de las zonas más pobres del mundo.
La crisis, que ha desbordado a los países vecinos, ha dejado sin acceso a las escuelas a unos 3 millones de niños y ha destruido 1.200 centros educativos, mientras que al menos 611 profesores han sido asesinados y otros 19.000 tuvieron que huir.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/02/24/planeta_futuro/1487954229_185395.html