La protección de la infancia en emergencias, un compromiso urgente

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Por Ángel Martínez, técnico de Comunicación de Aldeas Infantiles SOS. 

El 4 de junio se celebra el Día Internacional de los Niños y Niñas Víctimas Inocentes de Agresión, una jornada de concienciación que se celebra anualmente desde 1983, establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas: cada día, los niños y niñas que viven en guerras en todo el mundo se enfrentan a horrores indescriptibles. No están a salvo mientras duermen en sus casas o juegan al aire libre, estudian en la escuela o buscan atención médica en los hospitales. Desde asesinatos y mutilaciones, secuestros y violencia sexual hasta ataques a centros educativos y sanitarios, pasando por la denegación de la ayuda humanitaria que necesitan desesperadamente, la infancia se ve trapada en el punto de mira de las partes en conflicto. 

Los niños y las niñas son víctimas inocentes de cualquier crisis humanitaria. Es el caso de los 400 millones que crecen en zonas de guerra según Naciones Unidas. En estas situaciones de emergencias, su protección no puede hacerse esperar. 

Aldeas Infantiles SOS y el resto de las organizaciones que forman el Comité de Emergencia Español trabajamos para proteger a la infancia afectada por estas crisis humanitarias en diferentes partes del mundo, desde Ucrania a Gaza. 

Mantener los lazos familiares y proteger a la infancia 

Desde Aldeas Infantiles SOS trabajamos para evitar la separación familiar y para apoyar la salud física y emocional de los niños, niñas, jóvenes y familias. Por ello, con motivo del Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión, recordamos la importancia de proporcionar entornos seguros y protectores para la infancia, especialmente aquella que sufre la violencia de las emergencias.

Los niños y niñas que crecen en zonas afectadas por crisis humanitarias están expuestos a agresiones, abusos, negligencia y explotación. Además, la violencia, el caos y la necesidad de huir deja a muchos sin el cuidado de sus padres. 

En estas crisis, los esfuerzos se centran en prevenir y responder a todas las formas de violencia ejercida contra la infancia. El trabajo se orienta a prevenir la separación de familias, a garantizar el cuidado de los niños y niñas y a facilitar su acceso a servicios básicos en los casos en los que la separación es inevitable. 

Preparar con anterioridad e intervenir a largo plazo

Las crisis humanitarias requieren respuestas directas, rápidas y efectivas, así como una planificación para reducir el riesgo de desastres y facilitar la adaptación a emergencias como las derivadas de los efectos del cambio climático.

En las crisis, cada minuto cuenta. Por eso las intervenciones son urgentes y ágiles, pero también deben realizarse con una perspectiva a largo plazo que contribuya a la recuperación integral de niños, niñas y familias superada la fase crítica.  

Aldeas Infantiles SOS está presente en 136 países y este conocimiento profundo del terreno es clave para planear con anterioridad y para responder con inmediatez, eficiencia y acierto. Además, la participación de comunidades y gobiernos locales permite fortalecer sus sistemas de seguridad, apoyo y cuidado. 

Nuestro compromiso es que ningún niño o niña crezca solo, también –y especialmente– cuando el mundo a su alrededor se desmorona. Por eso creemos en un acompañamiento que se mantenga antes, durante y después de las emergencias.

 

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