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Por Laura Hurtado, Comunicación de Educo
Laboni es una adolescente que vive en el sur de Bangladesh, el delta más grande del mundo y uno de los países más vulnerables a la emergencia climática. Este verano, esta chica de 14 años que quiere ser maestra se ha perdido muchas clases por culpa de la lluvia. El monzón este año ha sido especialmente intenso, los caminos se inundaban a menudo y era difícil llegar a la escuela.
En este contexto, es normal que Bangladesh forme parte del 83 % de los países en contextos de crisis que tendrán grandes dificultades para alcanzar el ODS de educación en 2030.
La educación, clave para el desarrollo
Y es que la educación no es una prioridad en las crisis humanitarias, a pesar de ser clave para el desarrollo personal y colectivo de un país, que contribuye sin duda a la reducción de la pobreza y la desigualdad, la mejora de la salud pública y la creación de sociedades más justas y pacíficas. Si bien se ha establecido que la educación en emergencias debería recibir el 10 % de todos los fondos humanitarios, la media de los últimos años no alcanza el 4 %.
Y es complicado ser optimistas. El aumento constante de conflictos, sumado al incremento de desastres medioambientales, ha hecho que en los últimos seis años se hayan duplicado las personas que necesitan ayuda humanitaria. Actualmente, 300 millones de hombres, mujeres, niños, niñas y personas mayores se encuentran en esta situación, un 4 % de la población mundial, según la OCHA. Pero mientras aumentan los presupuestos de defensa y seguridad, se recorta drásticamente la ayuda humanitaria, por lo que el mismo organismo de la OCHA alerta que solo se podrá atender al 38 % de la población necesitada, o sea, a 114 millones de personas.
Trabajamos para que la educación no se detenga
Pero la vida sigue en miles de lugares. Y las ONG que formamos el Comité de Emergencia Español seguimos trabajando a pesar de los obstáculos y las dificultades, gracias al apoyo de miles de personas, empresas y organismos. En guerras, catástrofes o desplazamientos forzosos, Educo siempre ha trabajado para que la educación no se detenga. En Bangladesh, Gaza, Ucrania, El Salvador o Burkina Faso nuestros equipos se implican para que la infancia pueda seguir las clases a pesar de los cortes de luz, los ataques a escuelas o la llegada de alumnado nuevo que habla otra lengua o lleva meses sin abrir un libro. Nos adaptamos a la situación y a las necesidades de cada colectivo. No es lo mismo una ciudad asediada por las bombas que unas escuelas inundadas día sí y día también. En Bangladesh habilitamos escuelas seguras y formamos a los estudiantes para actuar si llega un ciclón. En el Sahel damos clases por radio. En El Salvador hacemos cursos adaptados para el alumnado que se ha visto forzado a cambiar de hogar.
En este Día Internacional de la Alfabetización, recordamos que la educación es un derecho fundamental y no puede esperar, ni siquiera en medio de una emergencia.
Porque la educación no puede esperar, ni siquiera en medio de una crisis, te invitamos a apoyar el Fondo de Emergencias del Comité para que más niñas como Laboni puedan seguir aprendiendo, pase lo que pase.
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