El Comité de Emergencia se ha activado para conseguir fondos para apoyar a la población que sufre las graves consecuencias de una crisis de hambre sin precedentes. Casi 50 millones de personas viven en niveles de hambre aguda y 8 millones de niños y niñas corren el riesgo de morir en algunos de los 15 países más afectados por inseguridad alimentaria.
La subida de precios, los conflictos como la guerra de Ucrania, la crisis de la COVID-19 y el cambio climático han provocado que el hambre vuelva a niveles de hace 20 años.
Además de graves consecuencias en la salud de las personas, el hambre trae consigo problemas de acceso a la educación y la violación de derechos fundamentales especialmente para los sectores más vulnerables como son la infancia o las mujeres.